Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://nelltsoo749552.thenerdsblog.com/44546632/reacciones-al-cabezazo-de-zidane-en-2006